(6) Damián, era muy espontáneo y en nada veía malicia. A pesar de sus 47 años, Damián, parecía un muchacho adolescente en su jocosidad y simpleza. Damián no preveía cosa mala en nada. Lo que pensaba lo decía, y muchas de las veces con mucha naturalidad. No veía segundas intenciones. Tampoco, Damián, tenía segundas intenciones. Por lo menos, no se le veía y no las manifestaba, aunque para algunos, Damián, representaba un obstáculo. -- ¡Es bastante atrevido Damián! – había comentado Mateo, quien, a pesar de ese comentario sentía mucha simpatía hacia Damián. En esos cuatro o cinco años largos de incertidumbre y de imprecisiones en el mando, Damián, había sido siempre una espinita que generaba mucha molestia para los jefes, que en este caso eran Silverio, Eugenio y Toribio. A veces se generaba una especie de cuchicheo en plenas reuniones entre Eugenio y Toribio, como indicando que se estaban reservando alguna opinión. Y esa actitud les daba una ventaja sobre todo el conjunto. Les d...