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Capitulo 1

    (1) Estaban reunidos tres amigos, y conversaban sobre la importancia que tenía el número 403 del articulado. Nerio, Damián y Silverio, eran los nombres de los tres que conversaban y discutían. -- ¡Claro, clarito, como el agua! – estaba diciendo en ese momento Nerio. Y demostraba muy a la ligera su convicción. Su voz era juvenil y alegre, y hacía par con su manera de ser. No llegaría a los 30 años. Tal vez, 27, cuando mucho. Medía 1, 68, y su contextura era regularmente delgada, aunque tenía tendencia a aumentar de peso con facilidad. Su ritmo de vida acelerada le ayudaba a mantener su contextura juvenil. Los años mozos de la juventud hace que todo cuerpo sea bonito. Es la juventud en sí misma una belleza. Y Nerio, gozaba de esa condición, por estar entre los 20 y 30 años. Se le sumaba a ese dato biológico, sus propias gracias y encantos de juventud.  Los pensamientos de Nerio eran un poco ligeros. Hablaba, sin embargo, con una soltura y propiedad que convencían. Su tono de voz er

Capitulo 2

    (2) Alber había saboreado la amargura de la estrategia de Silverio. Alber había quedado totalmente aniquilado. Para Silverio, Alber representaba la competencia. Y no se le presentaba otra gran oportunidad que esa, en ese momento del cambio de puesto en el trabajo de Alber. Silverio con sus maneras había utilizado toda su artillería para no dejar desperdiciar esa gran chance de saborear que el poder le podía producir como especie de orgasmos. La adrenalina que su cerebro experimentaba, y en esa vez con mayor intensidad, no la había experimentado nunca antes. Era una experiencia totalmente nueva. Se trataba como de una nueva especie de droga descubierta por sus sentidos. Ya su cerebro había quedado extasiado, y desde ese momento no daría tregua ni descanso para buscar la manera de volver a sentir esa experiencia alienígena. Era arrebatadora esa sensación. El poder lo saboreaba en su más cruel esencia. Era sentirse dios, al que todo se le estaba permitido, y al que no había fuerza q

Capitulo 3

  (3) Nerio seguía exponiendo lo motivos en sus consideraciones sobre el apoyo del articulado. Realmente era convincente en su disertación. -- Además – continuó Nerio – ese señor – y se refería al jefe – viene dando señales de que no está bien.  -- ¡¿Tú crees?! – refutaba con algo de inseguridad Damián que escuchaba con atención y peguntaba en algunos puntos concretos. Para Damián, Nerio tenía toda la razón en lo que estaba diciendo. Nerio manifestaba sinceridad, y una especie de enemistad o de distanciamiento hacia el jefe, del que a veces se expresaba de manera despectiva; y otras, de manera muy comprensiva, como un hijo que busca hablar con ternura y cariño de su padre, al que pretende proteger con su palabra. Se trataba de estar unos momentos en una postura de animadversión, y en otros instantes en ponerse cariñoso, y hasta escrupuloso, en sufrir por la herida que podría causar.  -- ¡Pero…no entiendo! – buscaba una especie de equilibrio, Damián, a la situación ambivalente de Neri

Capitulo 4

  (4) El jefe tenía quince años desempeñando la tarea de jefe en esa región. En un comienzo parecía que todo iba bien. Se había hecho asesorar en algunas cosas de Damián. El jefe había nombrado a Damián de secretario general de las reuniones de las empresas, y estaba a su cargo la tarea de redactar las actas de las reuniones. Esa tarea Damián la había desempeñado con una agilidad sorprendente y resaltaba todos los detalles de las reuniones habidas. Cuando Damián leía en la siguiente reunión el acta de la reunión anterior, todos los que estaban en la sala de reuniones disfrutaban con el estilo fresco y rápido de la redacción de Damián, para dibujar con detalle cada elemento y circunstancia sucedida en la reunión. -- ¡Muy buena… muy buena! – decía el jefe al terminar la lectura de cada acta de la reunión anterior, leída por el proio Damián.   Por lo general después de cada lectura del acta correspondiente todos los asistentes terminaban aplaudiendo a Damián. El jefe se sentía muy conte

Capitulo 5

  (5) El jefe en relación a Damián, sentía una especie de debilidad moral. El jefe sabía que Damián tenía una especie de dominio sobre él, y había empezado a ignorarlo. Era el dominio de esos y muchos otros temas que le daban la superioridad a Damián sobre el jefe, y sobre muchos de la comitiva inmediata del jefe.  Por otra parte, Silverio percibía que Damián tenía ese ascendente intelectual y se sentía como que había que buscar la manera de opacarlo de todas las formas posibles a Damián. Así, una vez, Silverio se había hecho acompañar dos veces de Mateo, para ir en contra de Damián. Pero no había podido avanzar lo suficiente para dar con un golpe certero en esa necesidad de Silverio de aplastar a su adversario en conocimientos. Mientras tanto Silverio iba avanzando en puestos. La ventaja que tenía Damián era que Mateo sentía mucho respeto por Damián, y no se atrevía hacer nada en su contra. Algo había en Damián, que también Mateo se sentía sumiso. Era su aval de intelectual y su gra

Capitulo 6

  (6) Damián, era muy espontáneo y en nada veía malicia. A pesar de sus 47 años, Damián, parecía un muchacho adolescente en su jocosidad y simpleza. Damián no preveía cosa mala en nada. Lo que pensaba lo decía, y muchas de las veces con mucha naturalidad. No veía segundas intenciones. Tampoco, Damián, tenía segundas intenciones. Por lo menos, no se le veía y no las manifestaba, aunque para algunos, Damián, representaba un obstáculo. -- ¡Es bastante atrevido Damián! – había comentado Mateo, quien, a pesar de ese comentario sentía mucha simpatía hacia Damián. En esos cuatro o cinco años largos de incertidumbre y de imprecisiones en el mando, Damián, había sido siempre una espinita que generaba mucha molestia para los jefes, que en este caso eran Silverio, Eugenio y Toribio. A veces se generaba una especie de cuchicheo en plenas reuniones entre Eugenio y Toribio, como indicando que se estaban reservando alguna opinión. Y esa actitud les daba una ventaja sobre todo el conjunto. Les daba